sábado, 28 de diciembre de 2013

Marcus IV

Llegué a casa más cansada de lo normal. Subí arriba, solté la maleta en el suelo, puse la música a todo volumen y me tumbé en la cama. De fondo sonaba 'little things' y aunque la música estaba al máximo seguía escuchando mis pensamientos. Estos me atormentaban ilusionándome de que quizás las notitas que me hacían sonreír fuesen de Marcus. Pero... mi cabeza intentaba convencerme de que no, de que eso era casi imposible...
Un pitido de la BlackBerry me sacó de mis pensamientos. Metí la mano en el bolsillo y la saqué.
Era un WhatsApp de un número que desconocía. Este decía "¿y ese tobillo, cómo está? ¿mejor? PD:¿Cuántas indirectas más son necesarias?
Pero, no decía quién era, aunque claro, me había preguntado por el tobillo y quizás, solo quizás era Marcus el que me mandaba aquellas indirectas.
Debía responderle a quien quisiera que fuese así que escribí "El tobillo mucho mejor, pero mi cabeza no para de darle vueltas a quien es el chico que me manda notitas, ¿me vas a decir tu nombre?
Pasaron los minutos y no obtuve respuestas. El idiota este estaba haciendo que me pusiera de los nervios. No paraba de pensar en quién sería... bueno, en realidad pensaba que ojalá fuese Marcus, porque ese chico estaba empezando a despertar sentimientos en mí. Y es que, se me aceleraba el corazón solo de escuchar su nombre. Pasaron una, dos y tres horas, y el chico misterioso no había respondido así que dejé el móvil.
Eran las doce, me puse el pijama, apagué la luz y me acurruqué en la cama, pero justo antes de cerrar los ojos volvió a sonar un WhatsApp. Cogí el móvil y leí un mensaje del chico sin nombre "Buenas noches pequeña, descansa". No sabía quien era este chico pero realmente, desde el anonimato, me estaba enamorando.

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