sábado, 28 de diciembre de 2013

Marcus XV

Marcus se levantó sobresaltado del sofá. Yo bajé por el brazo del mismo y en cuanto mis pies tocaran el suelo solté un grito de dolor.
El suelo comenzó a llenarse de sangre por todas partes, no entendía nada.
-Alicia, ¿estás bien?-preguntó mientras me sentaba en el sofá.-Joder...
-¿Qué pasa?-dije inquieta.
-No te muevas, voy a vestirte, tenemos que ir al hospital.
-¡No! Yo no voy al hospital.- le chillé.- No pienso ir.
-Mira tus pies cariño, estás sangrando, has pisado cristales. Tranquilízate. Llamaré a urgencias ¿vale?
Los minutos desde que llamó hasta que vino el médico se me hicieron eternos. Odiaba los médicos. Una mujer ataviada con una bata blanca entró por la puerta acompañada de una enfermera.
Sacaron los trozos de cristales que tenía en los pies, limpiaron la herida y me vendaron.
-Por suerte solo eran cortes superficiales.-dijo Anahí; así era como se llamaba quien me había curado.-Solo te molestará un poco al andar, ve dentro de dos días a tu centro de salud más cercano a que te lo curen. ¿Cómo te lo has hecho?
-No lo sé. Bajé del sofá y...
-El suelo estaba lleno de cristales. Creo que alguien tiró una piedra por la ventana.-me interrumpió Marcus.-una chiquillada, supongo.
-Si vuelve a pasar algo póngase en contacto con la policía.-le contestó Anahí.
-Descuide. Y muchas gracias.-respondió mientras les cerraba la puerta.
Estaba aturdida. Me dolían los pies y la cabeza me daba vueltas, pero quería saber que había pasado. Marcus salió de la cocina con una piedra en la mano y una nota en la otra.
-El ruido que escuchamos antes de que te cortases era el de esta piedra. Alguien la tiró contra la ventana.-me explicó.- Tenía una nota.
-¿Qué pone?-Pregunté.
-"Para." ¿Qué crees que significa?
-No lo sé...-respondí.
Pero tenía claro que esto de las notas estaba llegando demasiado lejos.

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