sábado, 28 de diciembre de 2013

Marcus XVIII

Abro los ojos y le miro fijamente. Me mira. Con deseo. Noto como las lágrimas se agolpan en mis ojos pero no quiero llorar delante suya. No puedo hacerlo. Noto como me desabrocha el botón del pantalón. Me tira al suelo con fuerza y suelto un chillido de dolor. Se sienta encima mía, presionándome. Me sujeta con fuerza los brazos.
-¡Alicia!-escucho.-¡Alicia!
Él también lo oye. Aprovecho que ha bajado la guardia para empujarle con fuerza. Me levanto de un salto, abro la puerta y corro hacía Sara. Ella me abraza. Cuando ve a Javi salir de la habitación de la que lo había hecho yo corriendo, me agarra y avanzamos al exterior. Me resguardo en ella hasta que llegamos a mi casa. No hay nadie, para variar. Voy directa al baño pero Sara me detiene, me lleva al salón y me sienta en el sofá. Solo me abraza mientras me escucha llorar. No sé cuanto tiempo estamos así pero se lo agradezco.
-Eh, venga cariño, ya está.-me dice separándome de ella.-Ahora vamos a denunciarlo ¿vale?
-No quiero.-digo.- Me niego rotundamente. No quiero. Solo quiero olvidarlo. Ya está.
-Sé que no es lo mejor, pero si es tu decisión... La aceptaré.  Date una ducha entonces, la necesitas.
-Vale, pero no te vayas por favor.
Sara asiente con la cabeza y se acurruca en el sofá. Subo al baño y me doy una ducha con agua muy caliente. Lloro de nuevo mientras el agua cae en mi cabeza. Estoy temblando. Intento relajarme y cuando creo que lo estoy consiguiendo escucho un grito. Salgo de la ducha, me visto como puedo y bajo. Ella sigue gritándole a la puerta cerrada. "¡Vete, joder! ¡Vete!"
Me acerco a la mirilla y veo a Marcus. Le abro pero en cuanto lo hago me arrepiento. Viene con Javi. Me quedo paralizada. Tanto que no sé ni cerrar la puerta. Marcus se acerca a besarme pero me echo hacía atrás.
-¡Aléjate!-le digo.-¡Vete!
Veo como Javi me toca la mano pero Sara le empuja tirándole al suelo.
-¡Eres un monstruo!-le chilla ella.
Marcus nos mira incrédulos pero en lugar de ayudarnos le tiende la mano a Javi. Le miro a los ojos con fuerza. Sara cierra de un portazo. Lo último que recuerdo son los brazos de mi amiga rodeándome, pero sé que hubo más.

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