jueves, 2 de enero de 2014

Marcus XXII

 "Soy yo con nueve años. Estoy en el cuarto jugando con mis primas una noche de Halloween. Ellas salen a comer tarta pero yo no tengo hambre así que me quedo en la habitación. Mi tío entra. Se acerca a mí. Se acerca demasiado. Va a meter su mano por mi pantalón cuando.."
-Alicia, Alicia cariño tranquila.-escucho decir a mi madre.-Tranquila cielo, solo ha sido una pesadilla.
Cuando abro los ojos la veo a ella, y a Sara sentada en un sillón. Estoy en el hospital. Acabo de tener una pesadilla horrible. Horrible y real. Esta es una de las cosas que conseguí olvidar pero que parece que han vuelto. Lo último que recuerdo es el frío del suelo en mi espalda y la mano de Javi apretándome fuerte, muy fuerte. Luego Sara gritó y...
-¿Qué hago aquí?-pregunto para averiguar qué pasó ayer.
-¿Por qué no me contaste lo de ese chico?-responde mi madre.
-Lo siento... Sé que debía haberlo hecho pero, pensaba que era una chiquillada, que se le pasaría.
-Alicia, podría haber pasado algo peor, algo mucho peor. No vuelvas a ocultarme algo así nunca, por favor.-suplica mi madre-Sara lleva aquí toda la noche, ella podrá explicarte mejor lo que pasó.
-Cuando llegué-comienza a decir-Javi te tenía inmovilizada. Grité para llamar a Marcus entonces él se dio cuenta de que había entrado y tú te desmayaste. Marcus y Javi comenzaron a pelearse. Mientras llamé al 112 y a tus padres. Con suerte la policía llegó al tiempo en que Marcus consigió reducir a Javi. Y a ti te trajeron al hospital para ver si ese cabrón te había hecho algo más grave que no se viera exteriormente. Por suerte, no hay indicios de nada. Te darán el alta en unas horas.
-¿Por qué fuiste a mi casa?-pregunto.
-Te llamé y no lo cogiste. Tuve un mal presentimiento y...llamé a Marcus para ir a ver si te había pasado algo.
-Gracias.-respondo- Muchas gracias.
-Le hemos denunciado-añade mi madre-Es lo que se merece.
A las pocas horas me dan el alta. Mi madre se siente culpable, lo noto. En cierto modo, debe sentirse así. Si hubiese estado en casa esto no habría pasado, pero no voy a reprochárselo. Nunca lo hago. Me meto bajo la ducha. El agua está demasiado caliente pero no me molesta, todo lo contrario, me reconforta. Tardo una hora aproximadamente en salir del baño. Una camiseta ancha me cubre y dejo caer mi cuerpo sobre la cama. Estoy muy cansada así que tardo poco en quedarme dormida.
Despierto sobresaltada de una pesadilla. Sara está sentada en el suelo de mi cuarto.
-Buenas bella durmiente.-dice.-Tu madre ha salido y me ha pedido que me quede contigo, no quiere dejarte sola.
-A buenas horas.-respondo con frialdad.
-No seas dura con ella.-me dice-No están pasando una buena racha.
"Ni yo tampoco" pienso. Pero simplemente sonrío y salgo de la habitación hacía el salón. Nos sentamos a ver una película y Sara se queda dormida en el sofá. Debe de estar muy cansada así que decido no despertarla. Cojo el móvil. Marcus me ha llamado como unas veinte veces. Pobre, debe estar preocupadísimo. Le llamo.
-¿Alicia?-dice él.
-Hola Marcus.-respondo alegre.
-Alicia cielo, te he llamado mil veces. ¿Cómo estás? Siento no haber estado contigo en el hospital. Sara me dijo que ella se encargaba y que así tu madre no haría preguntas.
-No te preocupes.-respondo-¿Qué haces hoy? Quiero verte.
-¿Me paso a buscarte en dos horas, vale? Un beso guapa.
Le cuelgo. Nunca me despido de él porque no sé qué decirle. Lo quiero, claro que lo quiero pero no soy de decir esas cosas. Sara se ha despertado y está sentada mirando a un punto fijo, ida.
-¿Qué te pasa?-pregunto-Ahórrate el nada.
-¿A mí? Solo estaba pensando. Tenemos que avisar a la gente para el cumpleaños de Lydia.
-Sí-no quiere hablarlo así que tampoco insisto-Mañana me encargo de llamar y eso, no te preocupes.
Marcus llega una hora y media después de hablar con él, para entonces Sara ya se ha ido. En un principio íbamos a salir a dar una vuelta, pero no me apetece. Nos quedamos en mi casa. Llevo la camiseta ancha y él se quita la suya. Me besa; lo beso; así una y otra vez. Soy yo esta vez quien da el primer paso y desabrocho sus pantalones. Él me quita la camiseta. Baja dándome besos desde mi boca hasta el ombligo, luego sigue bajando. Va a bajarme las bragas pero antes se acerca a mi oído. "¿Estás preparada?" "Sí" respondo. Bajo sus pantalones y me subo encima suya. Noto sus manos frías. Frías, demasiado frías. Dejo de besarle y le miro fijamente a los ojos. Quería hacerlo con él pero ahora ya no lo tengo tan claro.
Me siento en la esquina del sofá y pego las rodillas a mi pecho. Estoy temblando y llorando. Las ímágenes de lo que hizo mi tío aquel día no dejan de pasar. Esa pesadilla que había conseguido olvidar han vuelto. Marcus se sienta a mi lado y me abraza. Nos llevamos así un buen rato. Me siento tan culpable qué...
-Lo siento-consigo pronunciar.
-No tienes nada que sentir pequeña.-responde-¿Quieres contarme...qué te ha pasado?
-Nunca lo he hablado con nadie...-comienzo a decir-cuando era pequeña mi tío intentó abusar de mí. Había conseguido "olvidarlo" pero Javi ha traído de vuelta los recuerdos. Y...tengo miedo. Lo siento.
-Quien lo siente soy yo. Voy demasiado deprisa. Culpa mía. No te preocupes ¿vale? Ya solo son recuerdos. Tranquila.-dice mientras me abraza de nuevo.
Mi cabeza queda justo en el hueco de su hombro y creo que no hay nada más perfecto que eso. Me gustaría pasarme ahí todo el tiempo del mundo pero el timbre suena rompiendo este momento. Me visto y abro la puerta, pero detrás esta una persona que jamás pensaba volver a encontrarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario